miércoles, 22 de diciembre de 2010

El espejo y la lámpara

Hasta el Romanticismo, el símil del espejo era la metáfora clásica para designar lo artístico como mimesis o imitación de la realidad. Con el Romanticismo, en cambio, el símil del espejo se transformó en el símil de la lámpara, según la metáfora de Yeats. Como consecuencia del principal poder creador del artista, la imaginación, la obra de arte deja de ser reflejo del mundo del entorno para convertirse en irradiación del artista (En el artículo Carlos Sierra, en la colección Artistas Asturianos, tomo V, 2004).

1 comentario:

  1. Ahora estamos en una epoca post-maoista en la que la irradiacion del artista tiene que volver a significar algo. Como bien dices, se necesita la estetica.

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