martes, 29 de marzo de 2011

Juicio de la razón

Pero el gusto es una sensación, una emoción y un sentimiento, y como tal es inefable, por lo que apenas debería intervenir a la hora de valorar la calidad de una obra de arte. Las obras de arte sí que pueden ser sometidas al juicio de la razón, y nada debería empañarnos la posibilidad de establecer con claridad si una obra de arte es buena o es mala –que son calificativos sacados de la ética, pues, en referencia a lo artístico, también se puede hablar de un deber ser. Hume dice que una obra de arte es de calidad cuando es “adecuada al fin o al propósito para el que está pensada”. Yo digo que una obra de arte es buena cuando es adecuada a la intención del que la hace, e incluso que una obra de arte es mejor que otras cuando su intención es más ambiciosa y entraña una mayor dificultad para el artista. En cualquier caso, este tipo de juicio nunca sería normativo, porque siempre se produce a posteriori (La Voz de Asturias, 19 de enero de 2003).

1 comentario:

  1. Siempre he pensado que esa es la única forma de crítica fiable: cotejar intenciones y resultados. El inconveniente es que la mayor parte de las veces no disponemos de ellas ni de la poética sobre la que apoyar la crítica.

    Pero de manera simétrica, para validar su autoridad y su juicio, el crítico también tendría que exhibir su propia "poética": la teoría crítica en la que sustenta su criterio y su idea de los fines de la crítica.

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